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Aquí encontrarán una blognovela titulada El Corazón Inmortal, relatos escritos por mí, poemas, y reseñas sobre los libros que leo. Pueden escribir cualquier comentario, opinión y crítica. Lo que deseen.

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lunes, 9 de mayo de 2016

El Legado de Isira: La Voluntad del Último Viajero

¡Hola! ¿Cómo han estado? Ojalá muy bien...
Ha pasado mucho tiempo desde que actualicé el blog, pero estoy de vuelta.
Hoy les traigo, después de dos años, el segundo tomo de una trilogía de libros de cuentos a la que he titulado: "El Viajero de los Sueños Olvidados"
El Legado de Isira esta compuesto por 13 cuentos de diversos temas: amor, magia, sueños y aventuras, y esta ligado por un fino lienzo a Los Cuentos de Lurindel, el primero de la trilogía. 

Aquí les dejo la portada, la sinopsis y el booktrailer:


EL LEGADO DE ISIRA


LA VOLUNTAD DEL ÚLTIMO VIAJERO


"Surcando los mares se acerca, el barco de los tesoros y las penas, la luna de la noche y el día, el legado del que duerme y olvida" 
El Legado de Isira cuenta la historia del barco de la noche y el día, y de aquellos que zarparon hacia la nada, durmiendo hasta la eternidad. Un barco de los tesoros, de objetos mágicos y animales fantásticos. De bosques extraordinarios y relojes rotos. De fieros guerreros y valientes caballeros, de reinas y damiselas, detectives y aventureras. De aquellos que arriesgaron su corazón para encontrar su respuesta, y de los que aprendieron de su dolor y su penitencia. Vive, sueña, ama y ten fe. Contempla el maravilloso mundo del Barco de Piedra.



Booktrailer:




Pueden adquirir el libro en Amazon. Está disponible en físico y en E-book.

Espero que sus lecturas sean gratificantes.
Gracias por leerme.


@A.J. ARAYA 2016


jueves, 18 de junio de 2015

Preview de El Corazón Inmortal 02: Títere de Fuego


PREVIEW DEL SIGUIENTE CAPÍTULO


02. TÍTERE DE FUEGO

Su cuerpo era como un títere manipulado por un gran titiritero. Maiel avanzaba por la penumbra, controlado desde sus pies hasta su cabeza, observando el color naranja de la cantera y el azul del agua congelada. La herrería de su padre estaba a unos cuantos escalones de distancia. El intenso calor lo hizo sudar casi de inmediato, empapando su rostro y su cuerpo. Estaba frustrado. Sentía su corazón latir con fuerza, como si un ave quisiera romper su coraza, su cascara. ¿Cómo puedo liberarme de esta pesadilla? Pensaba Maiel mientras extendía su mano derecha, señalando el metal brillante, avivando aún más su desdicha.

01. El Corazón de Rigalis

¡Hola a todos y todas! ¿Qué tal la han pasado?
Hace mucho tiempo que no pasaba por aquí. Como motivo de mi regreso he decidido volver a publicar la Blognovela, la cual ha visto muchos cambios con respecto a los capítulos que publiqué hace ya más de un año.
También aprovecho para decirles que la seguiré publicando aquí y en Wattpad, para los y las que gusten leerla. Pueden acceder dando click en la imagen de la izquierda o en el cuadro naranja que dice "Sígueme en Wattpad"
Saludos y gracias por sus lecturas.

01. EL CORAZÓN DE RIGALIS



El olor a cerezas con chocolate caliente y un buen plato de estofado, eran la exquisita cena de Rigalis, un hombre de estatura promedio, ojos prominentes, nariz aguileña y unas orejas largas parecidas a dos puntas de flecha.
Rigalis es un Sivael, un hombre mitad elfo y descendiente de los elfos hechiceros casi extintos: los Domael. Desde hace mucho tiempo vive en la orilla de una cascada perteneciente al bosque Suldén. Un hermoso ecosistema en el que todas las noches escucha a los búhos cantarle a las estrellas.
Rigalis no sale de su pequeña casa de madera casi nunca, debido a que posee algo que nadie debe saber que existe. Una posesión única e invaluable. Un Órgano Precioso tan único como el color de las mariposas o las piedras preciosas. La piedra filosofal de los simples y los de los propios reyes. 
Posee el Corazón Inmortal.
Rigalis nació con ese corazón, y pese a que creció como todo niño, joven y adulto, cuando llegó a la vejez, dejo de crecer. Ha vivido mucho más que las tortugas más longevas, que los propios árboles o los propios elfos. Ha conocido mujeres y hombres que han muerto hace mucho tiempo, y una de ellas ha sido su querida esposa Selenia. Está cansado de ver la muerte, la tristeza y el dolor. Muchas veces ha intentado suicidarse, lanzándose desde un peñasco, y quebrándose cada parte de su cuerpo. Pero su corazón ha regeneró cada órgano rasgado y cada hueso roto. El veneno nunca ha surtido efecto, y el apuñalarse el corazón sólo le ha traído dolor, y más sufrimiento. Han intentado matarlo, pero nadie ha podido cortar su corazón.
Rigalis desea morir, pero su vida es eterna.
Ha buscado la manera de cortar su corazón en libros, textos antiguos y papiros. Sólo logró encontrar un pequeño texto que decía:

"Aquel que posea el Corazón Inmortal, eterno será,
puesto que sólo el Valis lo quemará,
el don del nacimiento lo separará,
y sólo al amor puro cederá"

Rigalis había encontrado la forma de morir. No poseía el Valis, el fuego de los Elendares, ni podía dar a luz. Lo único que conocía era el amor. Ese sentimiento que llegó a expresar a su esposa y que sólo ha surgido una vez más en toda su vida.
Se había enamorado de una niña como si fuera su propia hija. Veía en ella sus ojos, su piel, su ternura y su propio corazón. Ella era como la luna, sus ojos parecían el sol más brillante, y su sonrisa era tan especial como el primer copo de nieve, como el amanecer.
Pero la niña estaba enferma.
Padecía de una enfermedad desconocida. Un moho negro que pudría sus órganos poco a poco y la debilitaba con el paso del tiempo. Los doctores se habían dado por vencidos.
Rigalis la había visto el día que fue a comprar alimentos a Malis Cavael, un pueblo de casas de madera, techos de tejas, calles de tierra y caballos por doquier. Su madre la sostenía en brazos, y lloraba. Ambas lloraban. Los gritos de la niña molestaban a los pueblerinos, pero nadie decía nada. Sabían de su situación, y por ellos se alejaban y corrían. Sus orejas eran muy parecidas a las suyas, ahora se daba cuenta porque se había encariñado tanto hasta el punto de amarla. Era una Sivala, la pareja de los Sivael, mitad hada.

Un día, después de pensar en una cura para la enfermedad de la niña, de buscar en libros y de no dormir por cinco días seguidos, Rigalis siguió a la madre y a la niña. Cerca de una taberna con el letrero torcido y las palabra Merval, se acercó a ellas y dijo:
—No me conoces, pero yo si te conozco.
—¿Quién es usted? —le pregunto ella, alejándose un poco y acercando a la niña a su pecho, protegiéndola.
—Mi nombre Rigalis.
—Yo soy Enélia.
Su rostro era parecido al de la niña, pero las arrugas le agregaban belleza. Sus ojos marrones con motas verdes casi eran opacados por la piel hincada consecuencia del llanto, y su piel parecía arena. Rigalis no podía calcular el tiempo que había estado llorando. Días, semanas.
—He venido a salvar a su hija —le dijo Rigalis sin darle vueltas al asunto. No podía perder el tiempo.
—¿Salvar... a... mi hija? —expresó Enélia, entrecortándose—. Eso no es posible. Los doctores dicen que morirá pronto, que ya no hay manera de curarla. Por favor, no me mienta. No me ilusione. ¡No podría soportarlo! —dijo con voz delicada.
Rigalis la miró con seriedad.
—Lo único que deseo es salvar a su hija. Quiero salvarla porque... porque —Rigalis no sabía si decirlo o no. No sabía cómo reaccionaría Enélia —.Quiero salvarla porque...
Se detuvo antes de decirlo. Sólo la haría desconfiar de él.
—¿Quieres salvarla? —le preguntó.
Enélia no había perdido la esperanza de salvar a su hija, pero el dolor y la tristeza nublaban su corazón.
—¿Cómo puedes hacerlo? —limpió sus lágrimas con el vestido azul que tapaba sus rodillas y dejaba a la vista sus zapatillas cafés.
—Eso no puedo decirlo.
—Y cómo quieres...
—Lleva a tu hija a la Cascada de Aguaturbia en el bosque Suldén y reúnete conmigo en la casa que está cerca. Ahí podremos salvarla, sino, la verás morir de todas formas.

Enélia llevó a su hija a la casa de Rigalis. Rigalis estaba completamente seguro de que así seria, sin embargo, ella traía consigo un largo cuchillo cubierto por su largo vestido. Rigalis lo vio y sonrió casi complacido.
—Pon a tu hija aquí —le señalo una cuna de madera improvisada cubierta con mantas—. No te muevas, y por más que veas algo inmundo y asqueroso, déjame terminar —Enélia acostó a la niña sobre la cuna. Su llanto era débil.
Rigalis la miró y sintió su corazón latirle con mucha fuerza.
—Tu hija vivirá por mucho tiempo —terminó diciendo.
Rigalis se quitó la túnica negra que lo cobijaba, dejando su torso desnudo. El bello de su pecho era uniforme, excepto en el medio, sobre su corazón. Su piel era como la de un niño, a pesar de que parecía un hombre de cien años. Enélia no dijo nada, pero su mirada parecía decir muchas cosas.
Le quitó la sabana a la niña y desnudó su pecho. Enélia dio un gritó ahogado, pero no hizo movimiento. Rigalis despunto cada uno de los hilos que cerraban la incisión hecha en el pecho de la bebe, como si fuera común para él. Su madre casi se desmaya, y las lágrimas empeñaron sus ojos.
La bebé comenzó a llorar con fuerza. Rigalis sabía que sufría, conocía ese dolor más que nadie. Siguió deshilachando el hilo tan rápido como pudo para no dañar el pecho de la bebé más de lo que podría soportar. Cuando por fin pudo ver el corazón de la bebé, sus ojos se humedecieron terriblemente. Su corazón estaba a punto de pudrirse.
Enélia casi vomita al ver el interior de su hija. Era demasiado negro. El carbón sería pálido en comparación.
—¿Cómo puede una niña tener eso en su interior? —pregunto ella, casi vomitando.
—Es Mogaria o Moho de la muerte —contestó Rigalis, suspirando—. Ha resistido mucho. Es difícil ver a una niña vivir por tanto tiempo portando está enfermedad. Se debe a que es...
—... diferente —término diciendo Enélia, mirando hacía el suelo con tristeza.
—Es como...
El corazón de la bebé dejo de latir. Rigalis y Enélia tragaron en seco.
La niña había muerto.
Enélia cayó bruces en el suelo, apoyando sus brazos al frente, y lloró.
Rigalis había dejado de respirar, su barba blanca había almacenado mucho sudor y algunas lágrimas. En un punto casi muerto, le quitó el cuchillo a Enélia. Ella lo miró, sorprendida, y cortó su pecho. El sonido fue desgarrador, perturbador e insano. Rigalis sintió un dolor escalofriante, pero lo ignoró.
Enélia estaba aterrorizada. Gritaba "Por favor, detente" tan lento que parecía estar a punto de desmayarse, como si fuera un títere olvidado.  
—Esto era lo que tenía planeado desde un principio —le dijo a ella. Enélia no pudo decir nada. Al parecer, Rigalis poseía plena conciencia de lo que hacía—. La única forma de salvar a tu hija es dándole mi corazón, puesto que este corazón que poseo es inmortal, y puede curarla, sin importar que ya esté muerta.
—Pero morirás.
—Sí, moriré —dijo con los ojos llenos de amor y esperanza.
Enélia se quedó muda.
Rigalis rodeó su corazón con la mano derecha y jaló con fuerza. El corazón se desprendió emitiendo un sonido profundo y desgarrador, igual al de un pollo al que le arrancan la piel.
El corazón palpitaba normalmente. Era pequeño, tan joven como el de un bebé recién nacido. Rigalis cortó el corazón de la niña e introdujo el suyo en el interior, esperando que se uniera al pecho de la niña.
La magia sería cuento de hadas comparado con lo que vio Enélia y presenció Rigalis por centésima vez.
El corazón regeneró sus propios vasos, uniéndolos a los de las bebé como si fuera tan natural como el nacimiento. Los órganos podridos se curaron y el pecho de la niña se cerró casi al instante, dejando una piel clara y hermosa.
Un llanto hermoso, como una canción clásica, llenó de color la oscura y pequeña casa de Rigalis. Enélia volvió en sí, sus lágrimas se secaron como el pozo más viejo y se levantó del suelo para acariciar las mejillas de su hija. Y la besó con ternura.
La bebé había vuelto a la vida.

Rigalis se sintió tan feliz que no se dio cuenta cuando cayó en el suelo. Estaba muriendo. Por fin sentía lo que era morir. Enélia se acercó a él y uso sus piernas para apoyarle la cabeza. Se sentía tan agradecida que sus lágrimas se hicieron presentes. Le dio un beso en los labios y le dijo gracias con demasiada ternura. Rigalis creyó que le habían cantado una hermosa canción.
—Lo hice por amor —le dijo él, escupiendo un poco de sangre.
Ella le limpió los labios con su vestido. No le importaron las palabras de Rigalis, porque sabía que esa era la única manera de que alguien llevara a cabo algo tan valeroso. Él sonrió complacido, como si lo liberaran de la culpa.
—Tienes que recordar algo y decírselo a ella —Rigalis respiró con dificultad—. Sólo el amor puro puede desprender el corazón de su pecho...
—Sé lo diré...
—Espera —interrumpió—. Pero habrán otros que querrán arrebatárselo. Por ello debes cuidarla. Ocultar a todos que posee ese corazón. Y sólo... —sus ojos estaban casi blancos—... Guarda esto —Sacó un pergamino de su túnica y se lo entregó—. No lo pierdas.
Ella asintió.
Rigalis sonrió apaciblemente. Ella le acariciaba la mejilla e intentaba ignorar el pecho abierto y sangrante.
—Solo te quiero preguntar una cosa —dijo Rigalis—. ¿Cuál es su nombre?
—No lo tiene. Cuando nació ya estaba enferma y no quise... —sollozó, cerrando los ojos, bañando el rostro de Rigalis con sus lágrimas—. Su nombre será Alis porque fuiste el milagro que le devolvió la vida.
Rigalis murió en las piernas de Enélia a sus mil doscientos años, descansando por fin de su dolor, su sufrimiento y sus penas, pero regalándole una última palabra de amor y ternura a Alis.


La llamó hija.

Copyright Todos los Derechos Reservados ©A.J. Venner

jueves, 11 de junio de 2015

Murmullo

Murmullo


Deseo desprenderme de las dolorosas palabras,
cuya sinceridad son como cuchillos y estacas;
aquello, todo es tan arduo...
está mi alma descalza.

A la luz de la luna,
su color es una tormenta,
mi cuerpo es como la marea,
tan serena; a veces tan frenética.

El murmullo de las estrellas,
que cantan con cautela,
escapando de la oscura y silenciosa,
de la nada y de la existencia.

Las hojas caen de las nubes,
cubriendo mis palabras,
son tan tersas, a veces tan secas,
se parecen... a la arena.

Como el mar lleno de lágrimas,
de aquellas que se apoderan,
aquellas que no perduran;
aquellas que vuelven... como la locura.

Me sobran los quejidos,
son tan vastos y tan esquivos,
como el sol en el crepúsculo,
tan oculto, tan bello y tan frío.

El aroma del deseo,
inhóspito, desconocido;
como un ave en vuelo,
ligero, y sin embargo...

Estoy tan perdido, tan solo,
las nubes son como brumos,
eran tan puros mis sentimientos,
pero ahora, son un murmullo.

A.J. Venner

martes, 20 de mayo de 2014

Libro: Los Cuentos de Lurindel

LOS CUENTOS DE LURINDEL

Un Viaje a las Profundidades de la Imaginación

Hola a todos y todas! ¿Cómo han estado?

Tal como lo había dicho en entradas anteriores, no he podido pasarme mucho por el blog porque he estado trabajando en varios proyectos, y éste es uno de ellos:
Como lo dice el Título, los Cuentos de Lurindel es un libro de cuentos que contiene 12 historias diferentes, envueltas en drama, magia, aventura, romance y fantasía. Es un libro que ha llevado mucho esfuerzo, además de tiempo, para su elaboración, y es ahora, que ve la luz. 
Aquí les dejo la portada del libro, la sinopsis y y el book trailer.
Espero que lo disfruten.

Los Cuentos de Lurindel es una recopilación de cuentos donde se narran historias diferentes y únicas llenas de drama, magia, egoísmo, codicia, avaricia, amor y sueños, y de Dios. Plasmadas en aventuras extraordinarias y personajes entrañables que llegan a enfrentar monstruos, encuentran objetos mágicos, luchan por el amor de sus vidas y se embarcan en travesías dignas de valientes, y en ocasiones, de temerosos. Cada uno de los cuentos que componen el libro, harán que el lector viaje a las profundidades de un mundo mágico lleno de emociones y fantasía. Un mundo donde el más hermoso sueño puede ser la más increíble realidad.



Y este es el Book trailer:



De paso, les cuento que el libro está disponible para descargar en ebook o comprarlo impreso en amazon.com, amazon.es y en amazon europa.

Me gustaría mucho leer sus comentarios al respecto, de esa manera puedo crecer como escritor.

¿Qué te parece? Déjame tu opinión.

miércoles, 28 de agosto de 2013

El Pozo de los Sueños

EL POZO DE LOS SUEÑOS


Alardeo a lo largo
viendo un cometa rojo,
un profundo vestigio de arena,
un cielo de eternas estrellas.

Un labio se dibuja en mis venas,
un profundo sentimiento me quema,
corroe cada fibra de mi alma,
y me hace querer volar hasta el alba.

Siento que veo un rostro a lo lejos,
con una mirada que penetra hasta mi alma,
un cielo de ilusiones que ven cada parte de mi coraza,
y se da cuenta de que mi amor tiene una estaca.

Una idea transciende hasta la más incauta palabra,
de ese árbol de rojas manzanas,
que muestran mi corazón en llamas
y te muestra éste amor envuelto en un escudo de hojalata.

A lo largo veo una sonrisa llena de ensueños,
la más hermosa en el universo,
con una curva que me hace llorar de anhelo
y envuelve cada rasgo de mi carné, mi piel y mi cuerpo.

Es una sonrisa que me llena de aliento,
con unos blancos y hermosos sentimientos,
se cierne en el mismísimo
y me alientan a sonreír de alegría y recuerdo.

Es lo más hermoso entre lo hermoso,
un rostro de perfectas facciones y pómulos,
con unos sonrosados hoyuelos,
¡La mujer más bella reflejada en los cielos!

En un pozo de sueños,
de miles de pensamiento bellos,
en los que escarbo cada recuerdo y aliento,
cada deseo que llena mi acorazado pecho.

Deseo acariciar esa piel blanca y delicada,
rozar con mis dedos esos labios carnosos,
apretujar ese cuerpo hasta que llegue el alba,
besar esas mejillas con un tierno intento.

Los pensamientos llegan a cada paso,
con una senda que atravesaría hasta mi último aliento,
para llegar a tu lado, a tu encuentro,
y besar esos labios de rojo-amor intenso.

Es un sueño que llevó en mi espíritu, mi corazón y mi pecho,
tomarte entre mis brazos, acariciarte y decirte “te amo”,
ver esos ojos tiernos y perfectos,
tan hermosos  y llenos de anhelos.

Eres la mujer más hermosa sobre la Tierra,
lo más anhelado, soñado y deseado de mi alma,
un sueño de verdes campos, caramelos y un amor eterno.
El sueño más hermoso que encierro en mi más profundo deseo.

¡ERES MI POZO DE LOS SUEÑOS!

Derechos Reservados ©A.J. ARAYA B.


lunes, 8 de julio de 2013

Antes de el siguiente capítulo... un poema

Hola a todos. Cómo han estado? 
Como dice el título aquí les dejo un poema antes de publicar el segundo capítulo de El Corazón Inmortal (Sueños Ardientes), el cual ha sufrido un atraso sin precedentes. Sin más que decir, gracias por leerme.
Saludos....


UN GUÍA DEL CIELO 


Que hermosa es tu enseñanza,
me llena de amor y de nostalgia,
has estado en mi andanza,
sin ti no sería nada.

Siempre haces lo que puedes,
nos regalas menesteres,
nos guías al puente,
un puente hacia al cielo celeste.

Nos arropas en la noche,
nos bendices y nos quieres,
no importa lo cansado que te encuentres,
eres valentía y coraje sin precedentes.

Eres un papá que no miente,
o lo hace cuando son noticias hirientes,
un papá que abraza fuerte,
que sueña con darnos dulces y presentes.

Das y das sin detenerte,
trabajas por los que quieres,
sueñas con darnos un mundo diferente,
 un mundo de siestas solemnes.

Eres un padre único y amoroso,
que merece mucho amor y  sueños,
toda nuestra gratitud y nuestros anhelos.
¡Eres un guía del cielo eterno!

Copyright Todos los derechos reservados A.J. ARAYA B.
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