AMOR COBARDE
Mil olivos creí ver
aquí,
mil rosas no debí
esparcir
en tu cuenca de luz
y de añil,
si sé que no me
quieres junto a ti.
He visto tu mirada,
cada día y en mi
tardanza,
por no decirte que
me encantas,
y aún más, ¡me
atrapas!
Es cruel mi
cobardía,
por no decirte que
tengo la piel fría,
debido a la agonía,
junto al dolor y mi
algarabía.
No puedo acercarme
a tu posada,
porque mi cobardía
es insensata,
mis pies no se
mueven de la banca,
y no puedo
articular palabra.
Es probable que me
rechaces,
aún más, que no te
agrade;
que no quieras que
te encuentre;
me duele mi pecho
inerte.
Mi mirada está
siempre viva,
para verte en esa
esquina;
tu mirada no
siempre es mía,
y eso, me lastima.
Sé que debo atreverme
a hablarte y que me
embeleses
con tu rostro de
flores vivientes,
tus ojos marrones y
tus labios ardientes.
Quiero abrazarte…
nunca lo he hecho
antes,
quiero que tú me
abraces
y sentir tu cálido
semblante.
Anhelo oler tu
perfume,
mirar esos bellos
ojos marrones,
percibir tu mirada
penetrante
y mostrarte lo que es amarte.
Primero acariciaré
tu hermosa piel,
luego, intentaré
hablarte sin ceder,
rozar tu cabello
hasta el atardecer,
y besar tus labios
de miel.
Deseo que quieras
lo mismo,
que te nazca estar
conmigo,
acompañarme en mi
cruel vacío.
Y empezar a
quererme… ¡Lo ansío!
Copyright Derechos Reservados ©A.J. Araya B.
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