VAN Y VAN
En la vereda de los montes
encontré tu rosal,
me senté en una orilla
y empecé a cantar.
Tantos cantos.
¡Son ardillas!
¡Qué cruel que las lastiman!
Cada año de mi vida
me veo en la cortina,
también la sangre que pringa
a todos los que las sobreestiman.
Vienen rápido,
a paso corto,
con más nueces
y en alboroto.
Brincan fuerte
y en la corriente,
son incipientes
y nada corrientes.
Algunas vuelan con sencillez,
otras lo hacen desde el amanecer;
llevan nidos a los árboles
donde esconden lo que socorren.
Convierten el flanco derecho en izquierdo,
aparecen con su alardeo,
progresan en el arameo
y postergan el revoloteo
Forcejean por su tesoro
a pesar de que no sea oro,
un poco duro y abrupto,
a lo mucho y en lo insulso
Van y van…
¿Qué hacen al corretear?
Inquietan al aspirante
y conmueven al participante.
Por mucho quieren que se les ame,
lo malo es que son cobardes.
Van y van en su embarque,
llevando consigo… a lo in fraganti.
Asechan con su cleptomanía
conviven sin armonía,
y proseguirían si se les incita
a seguir en su osadía.
Se les impide acercarse,
porque son aún más vulnerables,
crecen en los montes
y cosechan lo que no rompen.
Derechos Reservados ©A.J. Araya B.
1 comentario:
Bonito poema!, ya te sigo!
Besos
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